He estado una semana en Lombardía, haciendo un recorrido por algunas ciudades que no conocía (Brescia, Vicenza, Cremona, Brunate, Mantua y Crema) y otras en las que ya había estado pero a las que no me importa volver un millón de veces (Monza, Como y Bérgamo).
No os voy a hacer una descripción detallada de las vueltas que dimos en tren.
Ni os voy a hablar de los monumentos que visitamos.
No, ni de todo las maravillas que comí (mucho, mucho, mucho).
Ni cuántos tipos de café bebí.
Y sobre todo, no pienso mencionar ni una sola vez cuantísimo de menos echaba Italia
Y menos aún, reconoceré la melancolía que me embarga desde que volví.
Nada de eso.
Lo que sí os traigo una pequeña selección fotográfica que muestra algunas de las cosas que hace que me encante ese país:
Bueno, sólo una cosita artística... es que en Mantua hay algo que me moría por conocer ¡y por fin lo he visto! ¡el mejor palacio que existe!
Iba dando saltitos incontrolables por el camino. Según Luis, estaba eufúrica.
Os dejo su enlace por si queréis echarle un vistazo...
Y ahora, manos a la masa.
¡Literalmente!
He aprendido muchas recetas y además hemos traído revistas de cocina, así que habrá que ponerlo en práctica y compartirlo con vosotros.
La primera que he hecho, sin embargo, es mía.
Después de comparar varias recetas, he hecho mi versión propia, y, bueno... ¿cómo lo digo? me está costando ser modesta... ¡Es que está genial! es muy suave y riquísima, seguro que os va a encantar.
Además, para los interesados, es vegetariana (ovolácteo).
Ingredientes de la pasta (para unas 6 personas)
◙ 150 g de harina
◙ 50 g de harina de fuerza
◙ 1 huevo XL
◙ Aceite
◙ Sal
◙ 75 g del agua de hervir las espinacas
Ingredientes del relleno
◙ 140 g de espinacas congeladas
◙ 100 g de ricotta
El relleno está riquísimo tal cual, para comérselo a cucharadas |
Ponemos a calentar agua con una pizca de sal y cuando esté en ebullición, echamos 140 g de espinacas congeladas. La idea es que haya poca agua, porque vamos a tener que reducirla después.
Las hervimos el tiempo indicado en el paquete, escurrimos las espinacas y las reservamos para que se atemperen.
Volvemos a poner a hervir el agua, hasta que no quede demasiada y se concentre el sabor. Una vez reducida, la dejamos enfriar.
En un bol, echamos todos los ingredientes, los mezclamos y preparamos una bola. La dejamos reposar unos treinta minutos en el frigo.
Aquí tenéis otra receta de pasta, la opción más habitual. La que os traigo esta vez tiene la diferencia del agua de las espinacas, que modifica la cantidad de harina.
El aspecto de la pasta después del reposo |
Mientras, trituramos las espinacas y le añadimos la ricotta, lo mezclamos bien y lo reservamos.
Pasado el tiempo de espera, cortamos la masa en tres o cuatro trozos. Cogemos el primero y lo alisamos hasta dejarlo muy fino.
Yo utilicé la máquina de pasta y lo dejé en grosor 5, si no tenéis, un rodillo y paciencia son buenos sustitutos. Durante el proceso la pasta os irá pidiendo harina.
Comenzamos el proceso de creación de los ravioli:
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El paso a paso, por si algún punto de la explicación no queda del todo claro |
Estiramos la pasta sobre la encimera en toda su longitud.
Echamos bolitas de relleno dejando espacio suficiente entre ellas, humedecemos alrededor con un dedo mojado en agua y colocamos encima la otra mitad.
Apretamos suavemente para eliminar el aire y cortamos.
¡Y ya están, tan perfectos y bonitos, nuestros ravioli!
Los ravioli recién cortados, ¿no son muy monos? |
Para hervirlos, una vez que el agua con sal entre en ebullición, se echan y se espera un minuto aproximadamente. Veréis que al caer se van al fondo y en seguida empiezan a flotar. Cuando casi todos o todos estén flotando, es el momento de sacarlos.
Sin hervir, se pueden dejar en el frigorífico unos días (no sé cuántos porque nunca espero para comprobarlo), pero antes hay que dejarlos secar, si no, al cerrarlos herméticamente la humedad causará estragos.
Si optáis por guardarlos, luego necesitarán unos minutos más al hervir.
Si os ha sobrado relleno hay dos opciones: coger una cuchara y comérselo o incorporarlo a la salsa, que fue lo que hice yo (por eso tiene ese color tan raro). Es tan suave que sólo aporta un rico toque.
¡El resultado final! Después de probarlos no volveréis a comprar pasta fresca de paquete, ¡asegurado! |
Buon appetito y un abrazo!
Que ricos! Me llevo unos pocos para la cena. Que preciosidad de viaje! Un besote guapa La Caja de las Delicias
ResponderEliminar¡Muchas gracias Ariela! Un beso
EliminarGuauuu!!! Que maravilla de plato, no solo el hecho de que la pasta sea casera, si no el relleno se ve super rico.
ResponderEliminarEl viaje que habéis hecho una pasada, ya me gustaría!!
Un besito!
¡Muchas gracias Marta!
EliminarUn beso
Que buena pinta esta pasta! me encanta el relleno, tiene que estar delicioso ;-). A ver si me animo a probarla, aunque sin la máquina de pasta. Un beso!
ResponderEliminar¡Muchas gracias Eva! Sin la máquina sólo vas a necesitar un poco más de paciencia, pero el resultado será igual de rico ;)
Eliminar¡Un beso!