Una merienda para dejar flipados a los invitados |
Os traigo algo que os va a encantar.
Lo sé, suelo decir lo mismo en todos los post.
Pero es lógico, ¿no? No voy a publicar nada que no crea que puede gustaros.
Mis desastres culinarios los reservo para mí... y para el pobre Luis.
Por ejemplo: Hace unos días pretendí hacer berenjenas a la plancha, con sus rayitas oscuras y eso, que parece ser la cosa más simple del mundo, ¿no? ¡Ja!
No sé cómo pero se convirtieron en algo parecido a cartón seco y rizado, ¡algunas hasta ardieron como el papel! ¿habéis visto alguna vez una rodaja de berenjena en combustión instantánea? ¡yo sí!
Por eso, cuando digo que una receta está conseguida y está rica, es verdad.
Si yo la he podido hacer con buenos resultados, cualquiera con un mínimo de paciencia puede lograrlo sin demasiado esfuerzo.