Pensaréis que estoy loca, ¡dos recetas seguidas de mousse de chocolate! ¿es que acaso no quedé contenta con la primera?
La respuesta:
Sí, sí estoy loca. Digo... sí, me encantó la primera receta, si no jamás la habría compartido con vosotros. Traigo otra porque hice las dos a la vez, buscando la mousse perfecta.
El veredicto:
Ésta sabe más a chocolate con leche y es menos densa, quizás es más recomendable para niños pequeños. A no ser que sean niños adictos al chocolate fondant, claro...
La conclusión:
Tengo el frigorífico lleno de mousse de chocolate. ¡Soy muuuy feliz!
He aprendido varias cosas con esta experiencia:
- Que nunca se come demasiado mousse
- Que es complicado fotografiar mousse sin que se derrita todo y las tabletitas de chocolate se hundan
- Que la combinación de mousse con cerezas debe de ser pecado mortal
- Que me ha vuelto a fallar la paciencia (explicación en el último paso de la preparación)
- ¡Que quedan taaan monos en copas con los tres colores degradados!
Ya veis, inundando la casa de mousse de chocolate he mejorado y me he hecho mejor persona. O precisando, una persona más grande por la zona central, más... oronda, ¡sobre todo si me como todo sola!
Menos mal que cuento con la inestimable ayuda de Luis, que se sacrifica y se come mis creaciones sin rechistar. Todo un santo, ¡menudo esfuerzo!
Menos mal que cuento con la inestimable ayuda de Luis, que se sacrifica y se come mis creaciones sin rechistar. Todo un santo, ¡menudo esfuerzo!
Ingredientes para 4 mousses:
- 4 cucharadas de nata
- 1 puñado de chocolate blanco para fundir (se me olvidó pesarlo, es la cantidad que me cabía en la palma de la mano, unidad de medida super fiable)
- 250 g chocolate fondant para fundir
- 250 g nata
- 3 yemas
- 250 g leche entera
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Un poco más de chocolate fundido para decorar
Base:
Echamos la nata en un cazo y la llevamos a ebullición. Apagamos el fuego, agregamos el chocolate bllanco y movemos y removemos hasta que se disuelve por completo.
Cubrimos las bases de nuestras copas con cuidado para no mancharla, lo ideal es echarlo con una cuchara en el centro y que la misma masa se extienda. Se deja unos minutos que repose y se mete en el frigo para que adquiera consistencia antes de añadir la mousse.
Mi mousse derritiéndose bajo el calor de los focos |
Mousse (con Thermomix, del libro Chocolate II):
Rallamos el chocolate en la Thermomix (8 segundos velocidad 8) y lo reservamos. Montamos la nata y la dejamos en el frigorífico.
Ponemos las yemas, la leche y la vainilla en el vaso y programamos 4 minutos, 90ºC, velocidad 4. Pasado el tiempo añadimos el chocolate, 20 segundos a velocidad 3. Echamos todo en un bol y lo dejamos enfriar (yo aceleré el proceso metiéndolo en el frigo).
Cuando esté a temperatura ambiente, se mezcla con la nata, con cuidado para que no pierda mucho la textura. Reconozco que aquí la paciencia siempre me falla y termino dándole vueltas sin el más mínimo miramiento. Aun así tiene burbujitas, así que imagino que si alguna vez consigo hacerlo despacito y bien estará lleno de burbujitas de aire por dentro.
Echamos la mousse en las copas y las metemos en el frigo un par de horas. Las sacamos, las decoramos con chocolate fundido y las volvemos a refrigerar.
¡Y listas para comer!
Las sacamos pocos minutos antes de consumirlas, porque pierden la temperatura con mucha velocidad.
¿Qué versión de mousse de chocolate os ha gustado más? ¡Tendréis que probar los dos para dictar sentencia!
Y mientras os empacháis de mousse por mi culpa, ¡un fuerte abrazo!
Pd: Si queréis imprimir la receta y sólo la receta, aquí tenéis el enlace:
Qué rico Nerea! Me comía una copa de esa mousse ya mismo!
ResponderEliminarMuchos besos
¡Muchas gracias Yaiza!
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