¡Celebremos San Valentín con fruta! |
Ni yo me lo creo, pero este San Valentín, por una vez, ¡no me pilla el toro!
Llevo unos días con la receta que quiero publicar en la cabeza y dónde lo quiero presentar, he hecho varias pruebas para clavar las proporciones, y aquí está.
Yo era la primera que no daba un duro (¡un duro! ahora me siento vieja) por tener una receta publicada antes de San Valentín. No es que no me fíe de mí misma, es que el mismo blog me da la razón. Si no, mirad:
- Publiqué galletas de jengibre para Navidad el 27 de diciembre, cuando la Navidad había pasado en medio mundo.
- Entre este mug cake de lemon curd y chocolate y estas galletas gigantes de chocolate, pasaron casi diez meses de silencio, ¡una exageración de tiempo para un blog!
- Pero es que antes habían pasado otros tres meses desde la receta anterior, un mug cake de mantequilla de cacahuete y chocolate. Y no ha sido la única vez...
- En pleno diciembre, aparezco yo con una veraniega ensalada con salsa vietnamita (¿la excusa de que acababa de volver de los 30ºC de Indochina cuenta?)
- Publiqué sólo el primer relleno de arepas, el perico, y no la de la reina pepiada. Y no porque no tenga la receta escrita en un post que aguarda a ser publicado, ni porque no la haga de vez en cuando en casa, es porque nunca me paro a hacerle fotos.
¡Y así puedo seguir indefinidamente!
Un arándano se está asomando... |
Si es que no tengo remedio... vale que tengo como buenas excusas haber hecho una tesis doctoral, tener un bebé y tener que trabajar aparte del blog (¡ay, ojalá viviera de él!).
Pero vamos, que ahora quizás se comprenda mejor la ilusión que me hace tener esta receta de San Valentín a tiempo.
Encima traigo un crumble de pera y arándanos, que me encanta. La combinación está muy bien, porque el dulzor de la pera contrasta con la acidez del arándano, y todo con la costra crujiente de encima.
La idea del crumble me viene de lejos, pero desde que me comí uno en el brunch de Kök (con un helado de canela increíble) no me lo quito de la cabeza. Desde entonces, el crumble se ha convertido en uno de los postres de este invierno en casa, y es que es una forma genial de comer fruta y un dulce y encima calentito, para combatir el frío.
Eso sí, digamos que no es el postre más fotogénico del mundo, y más si lleva azúcar moreno.
Amor total por esta receta |
Ingredientes para el crumble de pera y arándanos
- 80g de harina (y una cucharadita más)
- 40g de azúcar moreno (y una cucharadita más)
- 20g de azúcar blanca
- 50g de mantequilla fría cortada en dados pequeños (y un poquito más)
- 3 peras maduras pero no demasiado blandas
- Un puñadito de arándanos
- 1 cucharadita de canela
En un bol mezclamos la harina y los dos tipos de azúcar, vamos incorporando los dados de mantequilla y los estrujamos con un tenedor para que se mezcle bien con los otros ingredientes. Al final, acabamos con las manos hasta que quede como migas. Reservamos.
Pelamos las peras y las echamos en otro bol con los arándanos. Añadimos una cucharadita de harina, una de azúcar moreno y una de canela, y lo mezclamos con una cuchara sopera. Reservamos.
Engrasamos con un poco de mantequilla el recipiente donde lo vayamos a hornear, echamos la fruta y encima una generosa capa de las migas (con estas cantidades, os va a sobrar un poco).
Horneamos a 180ºC. Si lo hacéis en moldes individuales con unos 12-15 minutos vale, si es un único molde entonces unos 30-40 minutos.
De todos modos, estad pendientes hasta cogerle los tiempos, porque depende mucho de cómo queráis que quede la fruta. Por ejemplo, los de las fotos los tuve 13 minutos y como veis casi todos los arándanos siguen enteros, pero en otro mayor que estuvo en el horno media hora ya habían estallado.
Tampoco os preocupéis demasiado por si la fruta no queda como queréis a la primera porque está buenísimo con el tiempo que le pongáis.
Otra cosa: depende del tipo de pera que uséis os quedará un poco de caldito o no. Las de la foto son peras de agua y por eso se aprecia la humedad. Si lo queréis más seco, mejor usad peras XXXX.
Mi forma de demostrar amor con comida |
Tradicionalmente, el crumble se acompaña de helado (vainilla, alguna especia...), para aumentar aún más el contraste. Pero con o sin helado, seguro que os va a encantar.
¿Cómo vais a celebrar San Valentín?
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Gracias por escribirme un comentario ¡me hace muchísima ilusión!