¡Hola! Yo por aquí después de unas semanitas.
No sé si sois de esos afortunados que viven en una zona fresca, o si sois del hemisferio sur y estáis en invierno, pero aquí, en Sevilla, hace unos días que podemos decir que ha llegado el verano, ¡menudo calor!
A mí el calor no me sienta demasiado bien, me dan bajadas de tensión y vivo cansada. Por eso, y porque con esto de la lactancia me paso el día picando, se me ocurrió la idea de hacer un bizcocho energético que me solucione los dos problemas de manera saludable.
Y así nació esta receta.
Llevo tiempo queriendo subir esta receta, pero no encuentro la ocasión, ¡mayo está siendo un mes de locos! Menos mal que junio pinta más calmado (lo voy a decir bajito, por si acaso...).
Pero no quería dejar de compartir este bizcocho energético con vosotros porque es una pasada, puro subidón de energía saludable que, para colmo, sabe a amor del bueno.
Sólo hay que mirar los ingredientes: semillas de lino y de amapola, dátiles, ciruelas pasas, chía, nueces y orejones, aceite de oliva virgen extra y azúcar moreno, ¡nada más y nada menos!
Como digo, una bomba energética.
Y además, mola la idea de poder coger uno o dos trozos más, o de comerte medio bizcocho, porque con esos ingredientes no hay remordimientos.
Se ha convertido en una de mis recetas preferidas de todos los tiempos, y en cuanto la probéis doy por hecho que me vais a dar la razón, así de segura estoy de que os va a gustar. Vamos, que ahora es mi desayuno ideal.
Mirad qué blandito es:
Ingredientes
- 2 huevos
- 100 g de azúcar moreno
- 30 g de azúcar blanca
- 80 g de leche entera
- 80 g de aceite de oliva virgen extra
- 125 g de harina
- 1 sobre de levadura
- 1 cucharadita de chía
- 1 cucharadita de semillas de lino
- 2-3 dátiles
- 2-3 ciruelas pasas
- 3-5 orejones
- Un puñado de nueces
- 1 cucharadita de semillas de amapola
- 1 cucharadita de azúcar blanca
Con Thermomix o batidora, mezclamos el huevo con los dos tipos de azúcar, echamos la leche y el aceite, los integramos, y finalmente la harina tamizada y la levadura.
Cortamos en trocitos los dátiles, las ciruelas pasas, los orejones y las nueces, y los añadimos a la masa junto con las semillas de lino y la chía, movemos con una espátula para repartirlo bien.
Echamos la mezcla en un molde previamente engrasado, y espolvoreamos por la superficie las semillas de amapola y la cucharadita de azúcar para que le salga una costra crujiente.
Horneamos a 180ºC unos 30 minutos, hasta que al pincharlo veamos que sale limpio. Dejamos que se enfríe un poco antes de desmoldarlo, y que se acabe de enfriar sobre una rejilla. Aguanta varios días sin perder frescura, pero no sabría deciros cuántos porque no tenemos tanta paciencia.
Como veis, no tengo foto del bizcocho entero porque no me dio tiempo, lo saqué para una merienda y voló, al menos pude salvar un trocito para fotografiarlo.
¿Lo probáis y me decís qué tal?
¡Un fuerte abrazo!