Tomate casero.
Tan simple y tan complicado.
Y encima, os traigo la elaboración artesanal, nada de Thermomix (aunque como ya sabréis, se puede hacer en ella y queda genial también).
Pero no, aquí con wok y chino.
Wok porque es la sartén más profunda que tenemos en casa.
Y chino... ¿por qué se llama a ese cacharro "chino"? ¿Porque si hubiera que quitar todas las semillas y los trocitos de piel a mano sería un trabajo de chinos?
El ingrediente principal en todo su esplendor |
Debo reconocer que la salsa de tomate, por muy buena que esté, no es la receta que pensaba publicar hoy. Pero en la otra hago referencia a ésta, y claro... las cosas deben llevar un orden.
Eso de empezar la casa por la ventana que nos decían de pequeños y que cada uno se imaginaba de una forma más rara aún si cabe, ya sabemos que las imaginaciones infantiles dan mucho juego.
Para mí era algo así como una casa que se autofagocita, visto al revés ◄◄
¡Ah! Tengo prevista otra receta más donde también mencionaré este post, que es un básico de los que nunca debe faltar en toda buena despensa.
Los ingredientes secundarios: sin ellos la receta sería sólo tomate pochado y triturado |
Ingredientes:
• 2 kg de tomates rojos lavados
• 100 ml de aceite de oliva virgen extra (¡por supuesto!)
• 2 cucharaditas de sal
• 2 cucharaditas de azúcar
Comencemos:
Cortamos los tomates por la mitad y los exprimimos un poco, así eliminaremos algunas pepitas y parte del exceso de agua. Sirve para aligerar el proceso un poco.
Los cortamos en cuartos y los vamos colocando en una sartén profunda, olla o wok en su defecto. Deben estar 15 minutos a fuego lento, mientras los vamos removiendo y presionándolos suavemente.
Pasado el tiempo, colamos en el chino nuestra sopa de tomate con piel y semillas para que quede sólo el caldo.
Luis pringándose de tomate, seguro que es fantástico para la piel |
Cuando tenga la pinta de la foto de la izquierda, hacemos lo de la foto de la derecha |
En la sartén - olla - wok echamos el aceite, añadimos el jugo de tomate y lo condimentamos con la sal y el azúcar.
Las proporciones que os doy son las que utilizamos en casa, pero como es algo muy personal id probando hasta dar con vuestra mejor combinación, eso sí, ni se os ocurra prescindir del azúcar porque es la encargada de contrarrestar la acidez.
El caldo de tomate pre-segunda cocción y nuestro momento bíblico |
Debe estar a fuego lento unas dos horas, removiendo de vez en cuando, hasta que (consejo de Luis): "puedas dividir el mar Rojo como Moisés".
O lo que es lo mismo pero hace menos gracia: cuando pasas la cuchara por el fondo y se separa la salsa y tarda un segundo en volverse a unir.
Se aparta del fuego y cuando esté fría se mete en botes de cristal. Recomiendo usarla pronto porque no lleva ningún tipo de conservantes. En realidad no sé cuánto aguanta, siempre la consumimos muy rápido.
¡El resultado! |
Muy muy pronto, un post utilizando esta salsa de tomate que va a encantar a todos en casa.
¡Un abrazo muy fuerte!
Pd: Esta receta es de Luis, así que las felicitaciones o quejas serán (manualmente) transportadas a él. Aunque no creo que nadie pueda quejarse de una receta así, porque es simple, genial y rezuma salud.
Como ésta salsa de tomate no hay nada, te agradezco que nos enseñes como se hace. Me ha encantado. Un besito!!
ResponderEliminarLe pasaré tu agradecimiento a Luis, que la receta y la elaboración es toda suya jeje
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